En el año 1974 la espirulina fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el mejor alimento para el futuro. Por otro lado, la Agencia para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han reconocido que la espirulina es un alimento de gran calidad nutricional, recomendando su consumo para todas las edades.
La espirulina es una bacteria con capacidad fotosintética, por lo que posee una gran cantidad y variedad de pigmentos que le ayudan a captar la energía del Sol para convertir el dióxido de carbono (C02) de la atmósfera en proteínas, ácidos grasos y carbohidratos que le servirán para “construir” sus células y reproducirse de forma continua. Precisamente, las moléculas bioactivas con capacidad antioxidante son estos pigmentos que, en el caso de la espirulina, son la ficocianina y la ficoeritrina, pero también las clorofilas a y b y el β-caroteno. Además, también contiene una cantidad significativa de polifenoles y la enzima superóxido dismutasa que protege a las células de los radicales libres de oxígeno.
Actualmente, es el alimento con mayor cantidad de proteínas que se conoce llegando a alcanzar valores por encima del 60%, cuando por ejemplo las legumbres con mayor contenido proteico como el altramuz y la soja apenas llegan al 36%, y la carne no suele superar el 30%. Además, presenta todos los aminoácidos esenciales que son aquellos que nuestro cuerpo no puede sintetizar por lo que necesita incorporarlos a través de la dieta.
Con respecto a las vitaminas están presentes la provitamina A, las vitaminas E y K, y las del grupo B: tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), biotina (B8), ácido fólico (B9) y cobalamina (B12). Esta última solo es asimilable por el cuerpo humano en un pequeño porcentaje (17%), por lo que se recomienda que aquellas personas que siguen dietas veganas estrictas utilicen suplementos que les ayuden a mantener niveles óptimos de esta vitamina.
La espirulina es rica en minerales y oligoelementos tales como hierro, potasio, fósforo, calcio, magnesio, zinc, selenio y manganeso. Nuestra espirulina no contiene yodo ya que no se cultiva en agua de mar, por lo que es apta para su consumo por parte de personas con afecciones tiroideas.
Por último, cabe destacar que la espirulina contiene ácidos grasos poliinsaturados esenciales como los ácidos gamma-linolénico (GLA) y linoleico.
El consumo diario de espirulina se ha relacionado con múltiples beneficios para la salud humana, tanto para prevenir como para tratar ciertas enfermedades o dolencias. Se ha comprobado que tiene un efecto sobre el metabolismo del colesterol, reduciendo los triglicéridos y el colesterol “malo” en sangre y aumentando el colesterol “bueno”. También puede ayudar en el tratamiento de rinitis, hipertensión, anemia, diabetes, infecciones virales y procesos inflamatorios.
La espirulina es rica en fibra alimentaria, lo que hace que su consumo regular incremente la sensación de saciedad, ayudando a controlar el peso, mejora el tránsito intestinal y favorece el crecimiento de la flora bacteriana en el intestino.
Por otro lado, se ha demostrado muy efectiva para fortalecer el cabello y las uñas, debido a su gran riqueza en minerales, vitaminas y ácidos grasos. También se recomienda la ingesta de espirulina para prevenir la caída del cabello, mejorar su brillo y grosor, así como para reforzar el cuero cabelludo e incluso como un excelente tratamiento natural contra la caspa.